No he podido resistirme a la tentación de ver la propaganda que hace televisión, en cualquier cadena, a la mafia china. Una de las cosas que me llamó más la atención es, que los chinos nos están ayudando a salir de la crisis. Es decir, que el dinero negro, que tanto ansía meterle mano el gobierno, sale a carros llenos de la Mercadona España y vuelve a ella convertida en dinero blanco y comprando el país a bajo coste y resulta que, a ese proceso de sacar y meter, lo llamamos rescate chino. ¡No he visto pardillos más grandes que los españoles!
Nos llamaba la atenión, a mí el primero, que los chinos, en contra de otras nacionalidades, se comportaran tan adecuadamente (como parásito) a su portador; no lo mata pero lo va despojano de sus fluídos corporales y por tanto de su energía vital. Ahora el parásito es más grande que el portador y éste se ve despojado de fuerza suficiente para hacerle frente. Tan ese así que, en cosa de dos tres años máximo, el chino se convierte en España de verdulero o campesino en un empresario metafísico de la más alta burguesía. ¡Me da la sensación que estamos en el mundo para que haya de todo!
Sin embargo y llegado a este punto, casi estoy porque nos invadan y por tanto nos convirtamos en alemanes o chinos cuanto antes. Aunque hemos de reconoce que, de seguir así, nos hermanaremos más con la miseria china que con la alemania nazi.
¡Por favor, que bajen pronto los extraterrestres y me lleven con ellos a cualquier otro planeta donde no exista un Zapatero o un Rajoy! Ni socialistas comunistas ni franquistas trasnochados.
¿Quién dijo que el anticristo tendría que llegar? Ya esta aquí en forma de país conquistador.
¡Qué Dios, y no el Vaticano, nos coja confesados!
¿Quién dijo que el anticristo tendría que llegar? Ya esta aquí en forma de país conquistador.
¡Qué Dios, y no el Vaticano, nos coja confesados!
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