domingo, 15 de agosto de 2010

nuestros muertos aferrados a la carne

he manipulado la guija, la escritura automática, y todo aquel utensilio capaz de comunicación con los desencarnados. durante las sesiones y al final de ellas, los efectos han sido, todos, de dolor y llanto. siempre las comunicaciones y el comunicante han sido tocados en la fibra más sensible al querer saber algo del más allá.
la muerte evoluciona para un despertar en todas las dimensiones, que supuestamente, nos envuelven. el cuerpo del muerto o hectoplasma suele quedar en una cuarta dimensión con fecha de caducidad; un cuerpo etérico aferrado a la tierra donde reposa el cuerpo que lo alimentó o cercano a algún sitio familiar por reminiscencia, pero siempre este cuerpo desaparece en postrera fechas a la muerte. ¿tiene este cuerpo etérico el poder suficiente para conectar con mentes llamadas mediúmnicas? yo creo que no. el espíritu en ascenso, va pasando a la quinta, sexta y séptima dimensión Crística o Mónada. al parecer aquellos espíritus que quedasen aferrados a la tierra por motivos materiales, retrasarían sus evoluciones el porcentaje de enganche que les retenga. mi parecer es, que cuando morimos pasamos por los estadios necesarios dejando tras de sí todo aquello que hayamos hecho o vivido en esta etapa física. preparándonos para una nueva reencarnación para seguir evolucionando conscientemente, pues para mí, sólo la encarnación nos da la cualidad de conciencia de ser, de sentirse. no creo en la mediumnidad, la guija, cartas u otros medios de uso.

Nuestros seres queridos siempre están a nuestro lado, según la medium Anne Germain.
tiempo de opinar.

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