domingo, 21 de febrero de 2010

Se abrazan..., tras el velo de odio ante las cámaras

Se dieron cita apasionadamente en el parque, ocultos tras el manto de la noche. En casa, sus cónyuges les aguardan ajenos a lo que esta sucediendo. Sólo la Luna es testigo del fugaz momento, dejando resbalar lágrimas como Noche de San Telmo. ¡Qué ironía! Los amantes solicitan deseos a las brillantes lágrimas cruzando el firmamento. Son conscientes de su fracaso. Es un calentón, del momento, aderezado de engaño a los que ajenos hacen vida normal con el gozo del amor contenido en su pecho. Este deseo prohibido frena las estadísticas que se manejan en cifras. Como siempre, los últimos en enterarse son los más cercanos: la familia; el resto, sabedores del flirteo ríen por lo bajo tratándose de política.
Las familias del PPsoe no se han pertacado del amor surgido entre Zapatero y Mariano...
¿Huirán, cogidos de la mano, desafiando las ideas separatistas, a algún país fiscal a gastarse los ahorros de sus paisanos, esperando la muerte rodeados de hijos adoptivos salidos de catástrofes inductoras?
Santa Lucía, consérvame la vista...

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