Luna en cuarto creciente sobre las Torres de Serrano. Las 19:00 horas, Plaza de San Agustín; 21ºC marcan los dígitos en uno de los paneles públicos. He venido a petición de una amiga a la manifestación de CCOO. He salido de casa con una camisa de manga corta, un jersey y la chaqueta. Noto que hace mucho calor para la ropa que llevo y me empieza a molestar todo; hasta la presencia policial, los pitidos rotos por bolitas impregnadas de saliba y la edad de los presentes. Varios miles de congregantes con pancartas y chalecos del sindicato, rompen la monotonía del emplazamiento donde se han dado cita: la Finca de Hierro. Y desde un otero, recorro con la vista la cabeza y final de los presentes preguntándome dónde se encontrarán los chavales jóvenes, a quienes considero los más perjudicados a corto, medio y largo plazo. Creo que no somos conscientes de que la vida como la hemos venido teniendo hasta ahora, ya no volverá. A vista de empresarios, gobiernos, sindicatos y multinacionales del dinero fácil, no permitirán que los trabajadores generen propiedades y menos, estancias de larga duración en la contratación. Los contratos y contrataciones, en los años venideros, los dirigirá el empresario a su capricho. ¿Premonitorio? No. Ya se está gestando y poniendo en práctica actualmente. Por eso me preocupa la ausencia de gente joven en los eventos que marcarán su futuro. Sin embargo más volcados por el fútbol y otras milongas que por lo que los sindicatos reivindican en el día de hoy: "No, al aumento de dos años a la fecha de jubilación".
Desde este blog, agradecer a los compañeros de UGT, la labor encomiable que están haciendo en pro de los trabajadores.
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