miércoles, 24 de febrero de 2010

Hemos de cerrar bien las puertas a...




No tengo nada contra la iglesia ni sus oficiantes. Pero hombre, decir que el padre Fortea saca demonios del cuerpo de las personas..., pues me parece de un atrevimiento monumental. Hemos estado culpando a la iglesia, del mapa mundi, y sus representantes de satánicos, sectarios, hijos de Baal, hitlerianos, asesinos de niños, pedófilos, etc. etc., y ahora venimos a decir que dicho padre nombrado, ha sido elegido por el Pontífice o la curia para atacar al demónio o satán o entidades maléficas: entendidas como tales por la misma gerarquía. La misma, que al parecer, ha estado manipulando a los feligreses en virtud de esos ángeles caídos. ¡Por favor, que alguien me saque del trance...!
Digo: ¡La Iglesia que adora a Satanás ha elegido al padre Fortea a luchar contra dicha entidad! Y dicho padre se siente el cruzado, el templario, para tamaña lid.
Por favor, no digamos sandeces del tamaño del templo de Salomón, porque si seguimos así la gente dejará de creerse las cosas y algunos, por ejemplo la iglesia, tomará la medida de cerrarnos el blog, al verse mermada las ganancias que dejan en el cepillo los asistentes a misa.
El exorcista y el satanista. Diferencia entre uno y otro: ninguna. Ambos, dos, son oscuros y dan miedo.
Esta tragicomedia de los dos oficiantes tienen de verdad la parte física de un fenómeno difícil de discernir o tragar (a ver cómo teorizamos sobre la presencia de sangre ficticia o real),porque si fuera real terminaría con todas las teorías de la evolución de las especies de los darwinistas o darwinianos, y las teorías evolutivas espirituales del Carma-Darma, Causa-Efecto.

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