no crece la hierba. Como recordaréis la historia al caballo de Atila, rey de los Hunos, llamado Othar. Es muy posible que para la historia, Trump, sea recordado como el famoso Othar. Este hombre no puede salir de casa. Allá donde va queda como el culo y esta vez, con la señora de Macron, a quien tiró los tejos: "estás en muy buena forma. Preciosa". -Le dijo,por dos veces, delante del muchacho-. Y, éste, imagino, debe de estar avisado de la pobre y mísera mente que transporta el imperialista americano. Sin embargo, para la pose fotográfica bien vemos que está bien informado de cómo tiene de aparentar superioridad sobre sus homólogos del mundo. Aquí observamos como Trump está medio cuerpo por delante de Macron.
Cuando estas cosas suceden a escala mundial, nos debemos preguntar si nuestro voto multitudinario va al candidato elegido, no a candidato impostado. Porque no puede ser "casual" que salgan todos los presidentes de gobierno cortados por el mismo patrón. La racha para el siglo XXI viene muy pobre de masa encefálica. Pero eso no importa. Lo que, reamente importa, es que estos muñecos asuman los pecados cometidos por sus señores. ¡Que la casualidad nos proteja!
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