empieza en el NO reparto de su riqueza.
Ese ente, ser, molécula, fuerza, energía, etc. que gobierna la Iglesia del Vaticano, es de carne y hueso. Ese yo idealizado y gobernando el Universo, no existe en la Tierra, en este plano existencial de los humanos. Por ese motivo el único, el inconfundible, lo más de lo más en dioses lo representa el Papa. Ese buenista que pudiendo acabar con la hambruna mundial, se despliega en elogios y memeces con los dignatarios mundiales para decirles que hay que ser buenos con aquellos que no tienen. El poder más notorio, asesino, brutal, para la humanidad, pide humanidad a través de la boca maloliente del papa Franc. Ahora Franc, antes todos los demás. Y el hecho concreto es que ellos saben que su posición en el planeta es joder a todo bicho viviente que exista a su alrededor.
Cuando en el devenir de los tiempos caiga la cloaca del pontificado vaticano, en ese momento el mundo cambiará a un mundo que existe en la mente de la grey. Algo parecido a ETE, ese extraterrestre a los que creíamos enemigos y sin embargo, eran todo lo contrario.
Ese mundo existe porque lo tenemos todos los humanos inoculado en la mente pensante. Ese mundo existe porque lo potenciamos con nuestros anhelos, con nuestros sufrimientos de vivir en un lugar donde todo lo que consigo es dolor y lágrimas. Este planeta no era así de origen. Este planeta ha cambiado desde que nació la idea de un mundo de poder y desabastecimiento, y empezaron a llamarlo plano de dolor y lágrimas. Una definición salida de las mentes más infrahumanas del plano astral. Un plano en el que los cucarachas de los curas, maduran diariamente, a través de misas y más misas. Y, así, a tanto de repetirlo, se va creando un mundo empobrecido para una gran parte de la población. Cuando todos sabemos que los más ricos, los multimillonarios, la familia más rica... es la curia. Con haberes suficientes para quitar el hambre en generaciones de individuos. ¡Qué pobres hombres, qué pobre su dios!
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