viernes, 18 de agosto de 2017

Diego Armando

Maradona contrae nupcias con Maduro. Tanto monta monta tanto, el Inmaduro como el Santo. Y, expresamente, es santo como el papa: "les suele dar por lo blanco". Maradona es Dios y Franc, su luz extracorpórea. Este es el efecto que produce la irradiación del Poderoso. Tanto así, como el efecto provocado por las líneas blancas, laterales, del campo de fútbol. Maradona se las imaginaba con el polvillo blanco de la coca, que no del yeso. Corría por los laterales como alma en pena en busca de ese polvillo que aviva el cuerpo aunque la mente la convierta en el mismo polvo. Todos los enchufados de Dios en la Tierra y que han consumido de su blancolor... han padecido los mismos efectos colaterales que se sienten cuando ves una aparición virgo: apareces con un nido y un pájaro en la cabeza, a modo de visión ultraterrena, o apoyas las ideas políticas de un degenerado dictador. Es evidente que la droga y la política van de la mano; como de la mano van Maduro y Maradona. ¡Qué vergüenza! Pero como la vergüenza es sólo una cuestión de, y para los ciudadanos, pues no tienen por qué disponer de ella. Ellos deben someter a los pueblos a sus orgias indisciplinadas y Dios en lo de todos.
Me alegro infinito que Carlos Herrera hay hecho de abogado del diablo y -saltando todas las barreras del buenismo y del poder mediático de los futbolistas y similares-, haya llamado gilipollas al bien nombrado cocainómano. Por eso creo que la coca y el ego, llevado a términos iguales, nivela la masa encefálica de los futbolistas y políticos. Ahí, tenemos, a los integrantes de Podemos, quienes, con solo oírles, da la sensación de haber pasado la barrera de lo irracional. Y, sobre todo, si vienen traspasados de alguna comarca campesina del sur americano. Con ellos consigues un blanco Ariel (el papa de Roma) y un anal-fabeto político, Maduro.

No hay comentarios: