sábado, 6 de febrero de 2016

Un argentino en la Moncloa

El que no se haya dado cuenta de los sucesos acaecidos en la política española es porque no ha querido abrir los ojos a la evidencia de una múltiple concordancia de sucesos propiciados por las agencias de espionaje de medio mundo, incluida la Iglesia, en el concordato de partidos. 
España está como está..., precisamente porque los poderes e intereses de otros países aprietan lo suficiente para llevarse su trozo del pastel. Y ahí entran los de Podemos: proyectando un poder fáctico desde los orígenes de las agencias de espionaje judío y religioso. Los componentes de Podemos son agentes secretos al servicio de los judios y por consiguiente del Vaticano, La Casa Mayor de los Sabios de Sión. ¿O no lo sabemos?
En los campos de concentración nazi, los sionistas cargaron contra sus propios camaradas para apoderarse de lo que era de ellos. De este modo llegaron a conseguir todo el oro, la moneda y las pinturas, que pululaban por aquellos entonces en las casas judias. Conseguido el latrocinio, qué mejor manera de que nadie volviera -en el futuro -a pedirles cuentas, que cargarse a todos los infelices que cayeron en sus manos. ¡Bien saben los sionistas a quienes pertenecen esas posesiones incautadas y cargadas en los mismos trenes donde introducían a las personas como si fueran reses. Trenes olvidados en montañas y pasadizos secretos, y, que, algún día tendrán que devolver! Pues a esta camarilla es a la que pertenecen los etarras y los de Podemos. A la misma fuente que asesinó a Albino Luciani en la madrugada del 28 de setiembre de 1978. Ahora entendemos por qué Pablo divulgó que los etarras eran lo mejor que había pasado en España y que el papa Francisco era un tio cojonudo. No me sorprende, por tanto, que Rubalcaba fuera masón y del Opus Dei. ¿Y por qué no, si Zapatero y Rajoy son jesuitas y masones de grado 33?
Estos politicastros de mierda, que han emergido en la política española, no son más que células muertas de determinados dominios mundiales para introducir sus dictámines en los centros de poder y, qué mejor, que en el centro neuralgico de un gobierno. Nadie mejor que la Iglesia vaticana para semejante trabajo clandestino. En España el servicio secreto del Vaticano pulula por todos los estamentos, sociedades, ong´s y tinglados varios: drogas, prostitución y armamento. No se detienen ante nada y, de este modo, consiguen enterarse de todos los secretos polìticos, comerciales y transaccionales que se mueven por el mundo. No me sorprende que el Papa sea el mandatario superior de los reyes. Ya, encima de las coronas reales está la cruz como testimonio del poder religioso sobre el coronado. Ahora sé que soy judio en la misma proporción que argentino.

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