lunes, 29 de abril de 2013

estoy y no... de acuerdo.

No entiendo a la ciudadanía, ora está con la izquierda, ora está con la derecha. Ora está hecha un lio de mente porque no entiende que la derecha no ponga en marcha la propuesta electoral y sin embargo, no pidió explicaciones legales a la izquierda cuando ha gobernado durante estos ocho últimos años y cuando lo hizo con Felipe los primeros doce más. Yo no pertenezco a ningún partido político y por ello veo con mayor equidad lo que hacen todos en general. Cuando se tienen ideas instrumentalizadas hacia o por un partido, libro, pensamiento, etc. estás más lejos de ver la paja en el ojo ajeno, porque te la tapa la viga del patriotismo de derechas o de izquierdas, de la religión etc.
Yo me pregunto: ¿por qué la ciudadanía debe pensar en rojo o en azul? Si ni siquiera ellos, que son los que viven de tener esas ideas enlatadas, les importa un comino el sentido del por qué surjen ideales para defender las políticas ciudadanas. Ninguno,de los políticos, se entiende, ha hecho nada cara a defender los derechos y obligaciones de los españoles en ningún lugar, ni siquiera en las Islas Salomón: donde Sancho-Rajoy consiguió la isla prometida por su buen señor Don Quijote; aunque no se llamara Barataria.
El bueno de Rajoy prometió llevar a término, no los deseos de los españoles, sino los deseos de aquellas multinacionales acopladas en España desde hace tanto tiempo que ya parecen españolas, y no es así. A los españoles nos están sangrando las políticas de la Merkel y todos los sionistas que lleva detrás desde que se fundara la Zona Euro. Y con el agravante consciente, de llevar a término esta unión de países para sangrarnos, empobrecernos, aún más, con el respaldo de la Ley. A la derecha la han abducido al igual que abducieron a la izquierda y a cualquier partido, grande o pequeño, que subiera al poder. El poder no es de los presidentes nacionales, (estos son como los presidentes regionales), sino de las órdenes desde las sombras que dan determinados grupos de poder. No nos cansamos de decirlo, porque estamos cansados de que sea así. Ningún país funcionará por sí solo, si no tiene el consentimiento de aquellos sectarios que se lo pueden prohibir. La política está propiciada para estrujar al pueblo y dar consenso para ello. ¡No hay nada que hacer y menos, cuando el más inteligente del país más avanzado tiene el cerebro tamaño nuez!

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