Los niños malos de Rubalcaba no saben que hacer con su vida. Están llenos de incertidumbre como el resto de los españoles con el gobierno que nos manda. Como todo hijo de vecino están faltos de euros y no saben como meter mano en la caja grande del Estado. Si dejan las armas quedan mal con los paisanos de siempre, al saberse vencido por las fuerzas españolas, quedando por tanto en último pensamiento de llevar a cabo. Pedir dinero a los empresarios, como siempre, será un medio adecuado para ir tirando, entre ellos y muy contento de dedicar parte de los programas televisivos está Arguiñano, fiel sirviente del colectivo etarra. El otro medio, llorar a su papa Rubalcaba para que les vuelvan a admitir en las administraciones, saliendo en la tele con la cara borrada. ¡¡¡traviesos niños!!!