“El que tiene dinero no ha de esperar. Así es como funciona esto”. De manera tan diáfana se expresa un trabajador del Hospital Clínic de Barcelona, donde el Rey Juan Carlos fue operado ayer de un nódulo en el pulmón. La rueda de prensa que realizaron los médicos del hospital después de la operación no sirvió para aclarar por qué el Monarca eligió este hospital público. Pero, según ha podido confirmar El Confidencial, Don Juan Carlos no ingresó oficialmente en este centro, sino en Barnaclinic, una especie de clínica privada que funciona dentro del hospital y por cuyas dependencias han pasado ilustres pacientes como Esther Koplowitz o Tita Cervera. Lo malo es que Barnaclinic ha sido denunciada en varias ocasiones ante los inspectores de trabajo. El día en que el Rey fue ingresado, precisamente, el sindicato CGT ya tenía lista una nueva denuncia.
La fuente antes citada añade que “el que va por la Seguridad Social, ha de esperar meses a que le hagan pruebas. Y no digamos si le han de operar. Pero a través del sistema que se han montado algunos médicos, los vips siempre tendrán habitación y servicio, aunque el resto del hospital esté colapsado”. Se trata, en definitiva, de la privatización de una parte del hospital. “La empresa Barnaclinic tiene la vocación de desarrollar actividades asistenciales para los pacientes no financiados por el sistema público de salud”, dice el propio Hospital Clínic en su web. Pero ahí es donde existe un “lado oscuro”, según un miembro del comité de empresa. “Se están dando servicios privados pero el personal, la asistencia o los utensilios son los del hospital Clínic; es decir, los paga la sanidad pública. Eso es lo que hemos venido denunciando reiteradamente. No se pueden utilizar medios públicos para una institución privada”.
Otra de las ventajas que tiene el entrar por la clínica es que el paciente se evita las colas de espera. “Para una resonancia magnética, el ciudadano normal ha de esperar varios meses. Para un escáner, tres meses. O para un tratamiento de fertilidad, lo mismo. Para una operación como la del Rey, que nadie espere a ser operado antes de seis meses. Pues bien, los pacientes de Barnaclinic tienen prioridad absoluta. Si tú vas a Barnaclinic, sorteas las colas y tienes cualquiera de estas pruebas en apenas unos días. Y todo eso, utilizando el mismo personal que el del hospital público”.
Una planta de vips
Normalmente, Barnaclinic cuenta con la planta séptima, a la que se ha de acceder a través de una escalera determinada. Son habitaciones individuales que, teóricamente, habrían de funcionar aparte del Clínic pero que utilizan los mismos servicios. De ahí, por ejemplo, que la CGT, uno de los sindicatos que tiene mayor fuerza en el centro, presentase varias denuncias sobre el sistema de funcionamiento.
Un miembro del comité de empresa es gráfico en su diagnóstico: “Al margen de que se utilicen servicios públicos para el funcionamiento de una clínica privada, la creación de ésta puede ser legal, pero es antimoral, por utilizar una palabra suave. Estamos hablando de la salud de las personas y aquí se demuestra que el que tiene dinero pasa por encima de los demás”. Este diario intentó, sin éxito, obtener una versión oficial del propio Hospital Clínic, pero en la web de la institución, refiriéndose a este tema, se dice: “En relación a los aspectos éticos, un informe de Victoria Camps, Guillem López-Casanovas y Àngel Puyol sobre Las prestaciones privadas en las organizaciones sanitarias públicas concluye que iniciativas como las de Barnaclinic, siempre que se garantice el principio de equidad, son beneficiosas para el conjunto de los ciudadanos, aunque es preciso extremar el control y las medidas que permitan evaluar periódicamente el funcionamiento de las prestaciones privadas”.
Barnaclinic es una sociedad presidida por Raimon Belenes Juárez, director general ejecutivo del Hospital Clínic. De su consejo de administración forman parte también Anna Maria Miró Sabaté, directora general del Servei d’Emergències Mèdiques (SEM), Joan Grau (que fue gerente del hospital durante 20 años), la Fundació Privada Clínic per a la Recerca Biomèdica y la Fundació Privada Transplant Services Foundation. Entre sus apoderados figuran Ana Cabrer, Pablo Darna, Josep Maria Piqué y Jordi Nonell, vinculados al propio hospital. Según algunas fuentes consultadas, el ideólogo del sistema de funcionamiento de Barnaclinic fue Joan Grau, un reputado gestor de infraestructuras sanitarias.
La evolución del Rey, por su parte, ha sido plenamente satisfactoria. Un parte médico firmado por los doctores Laureano Molins y Avelino Barros y emitido a las 20 horas de ayer, detallaba que Don Juan Carlos fue trasladado a las 13.30 a una habitación. Por la tarde, la evolución general y cardiorrespiratoria fueron favorables. Se espera que en unos cuatro días pueda tener el alta médica.
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