sábado, 18 de julio de 2009

Detén, aire, tu osadía,
de en la ropa meterte
por cada rendija.

Pídeme, favor,
de la piel tocar;
para que huir,
después, no puedas.

Ven, aire, baila conmigo
al compás de las trompetas;
transpórtame el alma
más allá de la tierra.

Do, el tintinear,
la mente recrea.

Aire, conmigo juega;
sobre tu lomo invisible,
róndame los planetas
morada de vida nueva.

Muéstrame la puerta,
por donde escapar,
Yo, pueda.
Olvido, de ropa vieja.

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