jueves, 11 de agosto de 2022

mientras el mundo sufre un apagón

 

inevitable, y un incendio globalista... los linces del Nuevo Orden Mundial se ponen las pilas para inyectarnos el microchip personas para que vayamos asumiendo que el 2030 es un punto y aparte... de todo lo que está por acontecer que nada tiene que ver con lo que hemos experimentado o vivido en todos estos años de vida terrícola. Quienes hayan sido los culpables de este desvío hacia un futuro de esclavos no sé si son draconianos o simples hijos de puta humanos. 
Los bancos empiezan a cerrar sus centros bancarios, auxialiares o sucursales, para quedar reducidos a un banco mundial que nos dé nuestro dinero si queremos seguir viviendo. Para ello, como es lógico, se necesitan unos contratos de vida: que les dé derechos sobre tu persona. Todo medido a milímetro para que vayamos muriendo por ser unas cargas para los estados. De esta forma te irás al otro barrio cuando estimen que ya has vivido lo suficiente para contar al vecino de al lado. Tan es así que los niños ya no son de los padres, sino del Estado, quien decidirá sobre su futuro (como estamos viendo) si serán carne de salchicha, de prostitución, o mendigo por devoción. 
A esto es a lo que están aplaudiendo el memo de Antonio Sánchez y su grupo de saqueadores, de izquierdas y de derechas. Porque, aunque no lo diga, el señor Feijóo (el traidor de la derecha) está vinculado con ese rosco que llevan los izquierdosos en las solapas. 
 

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