miércoles, 17 de agosto de 2022

El filósofo ateo Bertrand Russell escribió:


«Creo que cuando muera me pudriré, y nada de mi propio ego sobrevivirá«.
  
 Ante esta cita de Russell no tengo nada que decir. Es su pensamiento y yo no tengo capacidad de citas. Ninguna. Ahora bien, me tengo en diferencia, de Bertrand, en que: <<yo no me considero el cuerpo, sino aquella energía que abandona la vaina o contenedor, cuando le ha llegado su momento.>> Hay quien diferencia el <ego> de la <energía primigenia> que diferencia a los humanos unos de otros. 
Ego: sería la recopilación de pensamientos infundados conforme a la energía existente en el plano de tres dimensiones...; y el Yo soy: la energía recopiladora de experiencias diferenciadas de unos humanos a otros. Vendría a ser la identidad del ser humano mediante el uso de vida en el plano de tres dimensiones (mente); y de una posible cuarta dimensión donde se desenvuelve el Ser. Desde donde el Ser toma una dimensión distinta a su Ego. El Ego se desarrolla a nivel físico, y, el Yo Soy, en un grado superior de conciencia. 
El Ego moriría junto con la muerte del cuerpo...; y el Yo Soy --(como sustancia o energía individual)-- quedaría sujeto a posibles reencarnaciones. La conciencia de Ser sería la Personalidad del nuevo individuo en otra etapa de su aprendizaje. Un Enete que no deja de estar sujeto al plano psíquico que rodea el físico de la Tierra. Digamos que somos parecidos a la matrioshca rusa.

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