miércoles, 26 de abril de 2023

seguro que lleva razón

 

En su intervención, Feijóo, ha conseguido hilvanar un debate ajustado a los hechos que se han venido cumpliendo hasta la fecha del debate. Ha conseguido que Sánchez preste atención a sus palabras por la cercana fecha de elecciones autonómicas; muy proclive a las generales. Sin embargo, a Feijóo, le falta carisma, empuje, dinamismo; se le observa nervioso, sus palabras tienen un toque o timbre de inseguridad. Feijóo es lo más parecido a un profesor de autoescuela, que por mucho que se empeñe en hacer un extra labor en la enseñanza, no consigue que los alumnos progresen. Que los alumnos aprueben. Y, bueno, pues ya aprobarán.
Sánchez tiene todo lo que un político debe tener para conseguir los objetivos por los que está luchando. Es mentiroso, es ladino, mezquino, ególatra, pero... dispone la maldad de sus socios de gobierno. Se junta con aquellos que están dispuestos a vivir, intensamente, de la política a todo coste. Sin importarles si los ciudadanos están mejor o peor. Desprenden una energía que cala en la gente por muy  mal que lo estén haciendo en las bancadas socialistas. Por eso les bota la gente. Por eso consiguen robar y salir airosos de sus rapiñas. Por eso consiguen mantenerse por mucho que, barones socialistas, le estén criticando desde la pirámide del poder europeo. Como las decisiones que se toman en política se quedan en política..., no hace falta que disimulen el grado de fantasía que envuelve la cruda realidad de las acciones que toman en todo lo que hacen, dicen, manifiestan. Porque, la política, es un eje central que lo toca todo, lo manosea todo, lo dificulta todo... Es un <<ente>> ficticio que se retroalimenta en el mismo proceso de caos: muerte/resurrección, de Ave Fenix.
Porque no existe. Es un proceso dinámico adjunto al sujeto que quiere, tanto matarlo como revivirlo. La política es una valoración... sujeta a unos estándares caducos y falto de realismo a la sociedad que intenta manipular. Por eso, la política, es fatua, como lo que intenta transgredir... Y, los ciudadanos, estamos sujetos a esa fantasía, como si de realidad se tratase.
Romper el molde sería una revalorización de los rocesos químicos individuales, en la toma de contacto dentro de la sociedad. La sociedad es un cúmulo de individuos que viven y se desarrollan en conjunto, en pueblos y ciudades. Un contrato íntimo en la valorización de todo aquello que disponemos para nuestro bienestar. Y, el consiguiente desarrollo, en conjunto de la unidad, para poderlo conseguir. Menos política y más actividad...
Todos estos debates solo son creibles para quienes son capaces de mantener el físico y no reirse. Estas puestas de escena son solo para aquellos que no trabajan, ni piensan hacerlo.

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