cualquiera que vea estas nuevas tecnologías se dará cuenta de que existe un nexo común en todas ellas. Por lo que <<nuevas>> no lo son tanto. Sí es verdad que la forma de los aviones han tomado un cariz diverso, difieren un poco unos de otros, pero el soporte principal, desde el primer avión diseñado, es el mismo.
Vengo diciendo que los aviones serán de nueva tecnología cuando las ruedas den paso a un sistema nuevo de aterrizaje o despegue.
Nos enseñan unos aviones con capacidades logísticas jamás imaginables... y, resulta, que necesitan ser empujados, desplazados, de forma rudimentarias. Algo no cuadra en las maquetas que nos presentan a los ciudadanos.
Hay otra curiosa afinidad entre ellos, sea el modelo más sofisticados al menos sofisticado, y es la presencia de luces dentro y fuera de su fuselaje. Unas luces necesarias, de posición, para todo tipo de aviación internacional. Por lo tanto, suena un poco a coña marinera. Sobre todo, cuando intentan comparar un FANI (nombre corregido al de ovni, por el grupo UAP Independen Study), fenómeno atmosférico no identificado, que pueda ser observado por los cielo del planeta Tierra. Al parecer, con el cambio de las siglas ovnis a las de fani, se revela la posible verdad de lo que puede suceder en un medio tan medido como, lo es, nuestro cielo planetario.
No sé vosotros que, estudiáis el planisferio al que pertenecemos, si estáis de acuerdo con fantasear con unos aviones que puedan navegar por los cielos a 20.000 kilómetros sin romper la barrera del sonido. Tal vez, la barrera, sea propensa a romperse a 800 kilómetros, <<más>> que a los 20.000. Por aquello de que -la barrera del sonido- no se dispare a tan altas velocidades.
En fin
a mí me gustaba mucho más las siglas ovni porque databan de que: lo visto, era inusualmente comparable a algo fabricado en nuestro mundo.
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