lunes, 5 de junio de 2017

Carmena, la puta ama madrileña

ha conseguido distinguir a las personas por su orientación sexual que no, por su condición intelectual. Menos mal que alguien se ha tomado en serio la homosexualidad (el mariconeo) y así poder distinguir a quién de los dos sexos le gusta le den por el culo. Pero... la cosa no termina ahí: están los bisexuales que también necesitarán un semáforo para saber por dónde han de  pasar la calle. Porque lo bueno que tienen los bisexuales es que siempre pillan cacho: si no es carne, es pescado. El tema bisexual es altamente significativo. Los homosexuales, según dicen ellos para justificarse, nacen. Los heterosexuales también. ¿Los bisexuales nacen o se hacen? Más bien pensemos que se hacen por aquello del vicio. Vicio puro y duro. Éstos necesitarán un semáforo con tres muñecos. Los heterosexuales ya sabemos que podemos cruzar la calzada  por donde queramos, se nos ha dado más cancha que a los demás sexos. Y tampoco olvidemos que Carmena ha conseguido hacer de Madrid el burdel del mundo y por ello galardonará la ciudad con banderas de arco iris. Que, por cierto, representa la parte demoníaca de la espiritualidad. ¿Qué va a decir el papa Franc? Nada. No va a decir nada porque el mayor orgullo gay lo tiene en el Vaticano. Y tan contento que está con ser el representante, con Carmena, de los descarriados del mundo. El Papa ha abierto las puertas del infierno para que salgan los demonios bíblicos. Sería, por tanto, necesario, que las personas que vivimos la actualidad denunciáramos a la Iglesia por los actos cometidos contra aquellos que fueron quemados en la hoguera por acostarse con el demonio. Los Dominicos no estarían muy contentos, en la actualidad, si les llevaran a la  hoguera en nombre de las almas atormentadas por ellos. Es verdad que los actos cometidos por el padre, no deben atormentar a los hijos. Pero sí es conveniente que alguien pague con su vida, el haber quitado la vida de otros. Sino no tendría sentido tanto horror en el mundo para que ahora el sexo sea libre y sin pecado. Mandar a tomar por el culo al Papa no sería ninguna grosería, visto lo visto. Es más... parece que no anda descaminado a que debajo de esas faldas blancas -a parte de la droga y la petaca-, no lleve liguero y bragas. Esa carita de pan ácimo lo dice todo. Como nos dicen también, que la familia ha perdido su condición y las nuevas generaciones serán como en Sodoma y Gomorra. Algo de esto debe saber, también, el nombrado Papa. ¡Menudos menos somos!

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