y terminarán, si ello es posible, con los cigarrillos electrónicos por no existir una ley que determine quién tiene la culpa en caso de que sea perjudicial para la salud; cosa que ahora los usuarios lo están consumiendo sin saber muy bien si es o no, nocivo, y si es perjudicial para los pasivos, como con el tabaco normal. Lo curioso del caso no termina en vapear -término que se le ha dado a este acto de fumar-, sino que se le suma al perrear, una forma de restregar el trasero contra los tributos sexuales de otro. Total, que ahora se puede perrear y vapear, a la misma vez, aunque el tubo no sea electrónico. ¡Qué cosas tiene el futuro!
¡Ay si mi abuela levantara la cabeza...!
¡Ay si mi abuela levantara la cabeza...!
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