Estamos hartos de escucharles a los izquierdas y a los derechas, a saber de qué cuerpo, tirarse los trastos a la cabeza un día sí, y otro también. Pero es que esos trastos tratan de los dineros (euros) que se llevan los unos y los otros, de las arcas del Estado; del pueblo.
Ya está bien de aguantar tanto descalabro y mano rota y apostillarse los unos a los otros como si esto fuera una berbena de pueblo y la hija, con el hijo, de los otros, estuviera virgen o a punto de perdelo. Ya está bien de avinagrar la boca de los ciudadanos, porque estos están avisando de que viene el lobo, y tal vez... algún día... el lobo salga de la lobera y se lleve por delante a todos estos zorros de la política. ¡Qué hijos de la gran puta! Dejando sin comer a una parte de España y españoles y ellos divagando en cuánto se han llevado los unos y los otros. Una forma de colapsar los juzgados para que el tiempo vaya corriendo y salgan indemnes de sus fechorías, ah, eso sí, echando la culpa a los jueces de ser unos vagos y lentos. ¡Álzate pueblo, y enseña los dientes a las hienas que quieren roerte los huesos. No les dejes por el bien de tus hijos e hijas!
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