en la mente de los peperos. Sobre todo de aquella Esperanza Aguirre, Cospedal, la Fabra, etc. Yo me pregunto ¿quién tiene el poder de abducir a los individuos con porras para que se enconen con tanto afán sobre sus vecinos o amigos? Es imperdonable que a esto se le llame proporcionalidad; emplear la violencia contra los mismos que te dan los medios para que te puedas defender contra los verdaderos terroristas que son a los que defendéis. Es verdad que todos estamos comprados por un sueldo, menos los de izquierda unidad: que no se compran se apropian, que al final de la jornada, mes o año, compruebas que no te ha dado ni para el colegio, libros, y chandars. Al o los policías que salen como ratas de alcantarilla a devorar todo cuanto está o se encuentra en su camino hemos de mentalizarlos a nuevas propuestas de acercamiento al pueblo al que pertenecen. Al final el toque en el hombro no sirve sino para hacernos siervos, más siervos, si cabe, a quienes nos tienen con el bozal y atados al pesebre. Ellos, éstos, son igual que los demás y sin embargo se han envalentonado sobre los demás e inchan sus crestas en señal de amo del corral o gallineo. Dejémosles que se sientan agusto con sus pensamientos corroídos por el tiempo y el ego, pero no permitamos que a nuestros hijos nos los apaleen de forma brutal. No consigamos que el odio les interiorice lo suficiente para que toda la vida estén sujetos a un miedo a otros iguales.
viernes, 3 de mayo de 2013
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