Trump quiere que la gente sea libre a la hora de tomar decisiones conforme a la pandemia. Trump sabe que las mascarillas producen daños colaterales a la inmunodeficiencia de cada cual. Y es verdad que hay mucha gente, con pruebas, que están dando la voz de alarma conforme están saliendo los síntomas de mareos, cansancios, soñolencia... de no respirar adecuadamente el oxigeno que debemos respirar. El sistema de pandemia que se produce por respirar, y respirar, y seguir respirando la misma miasma contaminada del interior de los pulmones. Si ya de por sí la atmósfera la tenemos a grado sumo de contaminación... solo nos faltaba el coronavirus y la respiración asquerosa bajo una mascarilla contaminada. Tan es así que los mosquitos y las moscas acuden al vaho que se origina para incubar los huevos. Totalmente asqueroso.
Por tanto... y aunque nos caiga mal las decisiones que pueda tomar Trump en su vida política... creo que en esto tiene razón, y debemos ser los ciudadanos quienes decidamos si nos ponemos la mascarilla o no. Si de todas maneras van a enfermarte..., ¿por qué no tomar la defensa de respirar adecuadamente?
Todos sabemos que el covid 19 está mezclado en el agua atmosférica. Que lo que respiramos está contaminado desde que lanzaron la pandemia a través de fumigaciones asquerosas. Esos chemtrails asesinos que nos lanzan sin parar un día sí, y otro, también.
Aquí lo tenemos: mirando al turbio infinito, cargado de infinitas incógnitas. Trump es un soñador asquerosamente rico, y con ganas de hacer las Américas en el globo marciano. Trump sabe que en Marte aún hay vida biológica y sueña con estampar su firma en el libro de los extraterrestres que lleguen de visita. Los marcianos quieren hacer, del pequeño Trump, el emperador galáctico; al que han retocado el ADN para darle el poder de respirar cualquier atmósfera que se encuentre en su exclusión a otros mundos. El niño de Trump no es cualquier extraterrestre incubado en la Tierra.
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