
John Kanzius es un investigador jubilado que buscaba una forma con la que poder matar a las células cancerígenas mediante ondas de sonido, para su sorpresa, descubrió algo insólito que dejaría desconcertada a la comunidad científica, el generador de frecuencias de radio que creó también podía quemar el agua, si, el agua salada, desprendiendo una llama increiblemente intensa que alcanza una temperatura de 3000º Fahrenheit, logrando poner en marcha un pequeño motor de acero solo y exclusivamente con el calor que desprende la llama, un sistema que podría extrapolarse al automovilismo sin problemas, una vez más vemos un claro ejemplo del poder de la energía libre, energía que se nos reprime por el caro y fraudulento petróleo para saquearnos hasta el último céntimo mientras otros se llenan los bolsillos por algo que produce la Tierra de forma ilimitada,sí ilimitada, el petroleo está en todas partes, solo que hay que perforar a la suficiente profundidad para dar con él.
¡Pronto la energía libre será liberada, no podrán retenerla por más tiempo!
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