He aquí un breve cuento oriental, sobre la indecisión-indefinición, de la mano de Ramiro Calle:
Había una vez un río, y a cada lado, en cada orilla, un monasterio; ambos eran habitualmente visitados por un perro que se había ganado el cariño de los monjes. Al sonido de campana que anunciaba la hora de comer, el perro acudía a alimentarse. En una ocasión, mientras el can estaba dándose un chapuzón en medio del río, escuchó el tañido de campana de uno de los dos monasterios y, como era habitual, comenzó a dirigirse hacia donde lo alimentarían. En esto, simultáneamente, también empezó a sonar la campana del monasterio que estaba en la orilla contraria y el perro, indeciso sobre a cual orilla dirigirse, desorientado y cansado de moverse a uno y otro lado, perdió sus fuerzas y se ahogó en medio del río. Ocurrió que su indecisión, su indefinición sobre qué dirección debía tomar, la pagó cara. (El libro de la Paz, Ramiro Calle)
lunes, 14 de septiembre de 2009
cuento oriental
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