Dada la época que estamos viviendo me parece inmoral la celebración del días del trabajo cuando los máximos representantes de los trabajadores están más vendidos que nunca a las patronales. El grado de servilismo que han alcanzado los sindicatos se extiende de forma servil a los representantes que tenemos a nuestro lado. Aquellos que padeciendo los mismos males que tú; padeciendo las mismas taras que tú favorecen a los sicarios empresariales, chupatintas engreídos, dioses de las más cutre y retrógrada de las capacidades mentales. Es necesario que la gente busquemos la solución a tamañas desigualdades sociales, pero para eso es esencial que unamos la mente en una sola unidad trabajadora, de la misma forma que la patronal predeterminó un fin y lo siguen todos, y aquel que ha intentado favorecer al trabajador le han sacado de su mismo club.
Debemos saber que, al igual que la iglesia tiene una moneda personal, los altos grupos que gobiernan el mundo no necesitan de dinero. Éste sólo fue cread0 para la masa con el fin diabólico de controlarnos intentando imitarles. Porque dentro de cada uno de nosotros, en definitiva, hay un pobre con mente de rico. Ahí nuestro esfuerzo inútil contra el sistema. Fijémonos por un momento en la ruleta de la bolsa como sube y baja a cada segundo, cuando los resultados finales corresponden a un fin, también, predestinado.
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