
Es evidente que estamos tomando las medidas pertinentes para desalojar a los migrantes del país, sin tener que darles explicaciones del por qué se les desaloja. Antes que cerrar puertas, es más elegante que les vayamos poniendo trabas cada vez más complicadas para que se vayan a su país de origen. De este modo quedamos como Dios y les tapamos las bocas a las putas ONG. Complicado lo van a tener con la Iglesia, pero me da que ya ha sido advertida de las medidas tomadas y está de acuerdo con ellas. La Iglesia, como madre de todos los desamparados está para acoger y aprovecharse de las circunstancias que asolan la vida de estas pobres gentes. De este modo, tan sincero y humano, las iglesias están teniendo mano de obra voluntaria por el solo salario de un paquete de arroz y un bric de leche. Mano de obra voluntaria. Si multiplicáramos la obra que los voluntarios hacen a la Iglesia veríamos que la misma se ahorra cantidades ingentes de euros del voluntariado. ¡Qué buenas personas hay en la curia! ¡Qué buenas personas hay en la política que multiplican los beneficios de la Iglesia! ¡Es que, si la Iglesia diera todo lo que tiene, se quedaría sin nada! Que buenos consejos dan los creyentes que acuden a misa. ¡Qué buen corazón!
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