el ego es la parte de la personalidad que vive y se alimenta de todo aquello que hacemos y por lo que luchamos. Se va retroalimentando cada vez que germina la semilla de lo más bajo y rastrero de nuestros sentidos y sentimientos. Por tanto, cada vez que esta simiente, de este personaje, intente salir a flote de este individuo..., cada vez será más impresentable y sus hazañas más negativas. Pero es normal que su sistema de pensamiento y actitud sean por absorbidas por el entorno nada positivo donde se mueve y comulga.
Por tanto,
todos los productos que estamos recibiendo de los distintos gobiernos no dejan de ser manifestaciones negativas de sus esfuerzos por conseguir un estatus social distinto. Es el empuje del ego lo que hace que se vaya alimentando constantemente bajo la premisa de actos groseros y bajo de nivel.
No podemos pedir peras al olmo y no deberíamos pedir más negatividad de estos energúmenos de la palabra y carencia de empatía. Son meros instrumentos de la disonancia de una composición adecuada.
Los problemas los tenemos los españoles que hemos dado voluntad de propósito a quien no tiene ninguna gana de dar una imagen más a propósito de lo que reclama la voluntad del pueblo.
Yo ya no sé qué más rituales hacer para que la política española se vea compensada por consensos y pactos de gobierno para favorecer a aquellos que más difícil lo tienen en la vida cotidiana.
No sé qué se podría pedir para que la política retorne a principios de sus ideologías y nos demuestren que pueden llevar a cabo sus ideales sin más prejuicio que la honestidad y el orgullo de un comportamento ejemplar. El comportamiento de Rufian ha dejado por los suelos todo intento de fruto para unos cuantos de su condición.