"La iglesia ya no cree en un infierno literal, donde la gente sufre.
Esta doctrina es incompatible con el amor infinito de Dios. Dios no es
un juez, sino un amigo y un amante de la humanidad. Dios busca no para
condenar sino para abrazar. Al igual que la fábula de Adán y Eva, vemos
el infierno como un recurso literario. El infierno no es más que una
metáfora del alma aislada, que al igual que todas las almas en última
instancia, están unidos en amor con Dios."
Y el caso es que si todos lo sabíamos y no lo decíamos (que da igual el no decirlo) ¿por qué nos acojonamos porque no haya infierno? Porque son muchos años introduciéndote en mente que sí... -lo había. Resultando que los que han muerto antes que Jesús naciera no sabemos dónde están, porque su misión de perdón no les alcanzó. Y para los que han muerto antes de las palabras de Fran... se habrán ido con congoja o acojonados -como queramos- de a dónde iban... cuando de haberlo sabido hubieran muerto mejor preparados. No preocuparos por haber follado todo lo que hayáis querido, porque infierno no hay. ¡Ah!, cojones. ¿ Y es por ello que hacéis las misas negras en el Vaticano u ofrendas a dioses feos y sin maquillar? Menudos memos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario