De este modo el papa y los profetas de otras religiones se tomen la justicia por su mano y atenten contra su hermano por aquello de lo que dijeron que dijo el memo del Dios de los judios y ahora, de los cristianos. Por ello, el Papa, no tiene ninguna dificultad ni se le cae el anillo de Pedro cuando dice que si alguien se acordara de su mamá es posible que esperara un puñetazo. ¡Aquello de la otra mejilla, para el papuchi no tiene sentido, cuando de su madre se trata!
¡Yo quiero ser Papa! Porque desde el púlpito que inspira mi boca, puedo hacer y decir todo lo que me de la gana porque siempre habrá gilipollas que tergiversar lo que digo para mi propio beneficio. Y lo que dijo el Papa está claro como el agua. Dijo que de poner la otra mejilla estuvo o salió de boca del que mataron; pero que la suya está a años luz de semejante atrocidad.

No hay comentarios:
Publicar un comentario