Una leyenda que nos impulsa en la búsqueda del objeto en nuestro interior. Tal objeto bien podría estar ubicado en el pubis, donde se concentral las energías de vida de la especie humana. Por ello es necesario pensar que el Grial no puede ser considerado el Caliz de la Última Cena, o, alabastro, que acogió la sangre derramada del costado de Jesús, por la lanza de Longino. De igual modo que el Paraíso Terrenal no pudo ser el mismo lugar que el Edén. Como tampoco fue un manzano el pecado de Adán y Eva, sino una higuera. Aquella en la Jesús fue a comer sus frutos y no teniéndolos, la maldijo, secándose en el acto. Por lo que pensaron sus discípulos que éste estaba loco, porque no era la estación para que tuviera higos. Esto nos indica una alegoría de que el árbol del que comieron nuestros primeros padres fue un higo; de ahí el acto de Jesús en señalar a la higuera como señuelo del fruto del pecado original.
Como creo, todo hemos de verlo desde el punto de vista racional, con relación a las leyendas que nos han llegado desde las religiones habidas en las distintas culturas.
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