Si, ustedes; ustedes que leen esto si se fijaran en el plante que tienen los dos con una pala en la playa de Tenerife, se darían cuenta que están riéndose del ciudadano que tiene que hacer uso de la pala, pico o útil de labranza y que se repite cada vez que alguien de los políticos coge una herramienta; se burla automáticamente del paisano que hace uso de ella, en su vida cotidiana. Porque solo alguien, como ellos, que no la han visto ni en fotos, se toman la ligereza de usarla como si fuera algo indigno.
Y lo indigno e indignante es, que estemos aguantando que estos dos gilipollas se vayan: uno de putas y la otra de chulos, por las playas de Tenerife, lejos lejos como hizo la Urdanga, para poder estar más a sus anchas; Madrid la debe de conocer lo suficiente como para poner pies en polvorosa e irse a las islas para formar trios o Dios sabe qué funciones eroticofestivas.
Acordaos... esta señora está siendo utilizada y a su vez utiliza al príncipe en sus correrias sexuales. Cuando muera el cabezilla de la panda, veremos como el principito se principita a las más bajas corrientes: sexuales y mandatarias. Será un monigote, que ya lo es, en las manos de aquellos que manejan los hijos de la madrastras o Alicia del cuento.
Señores, estamos perdidos. Hemos entrado en una espiral política de desequilibrio institucional para beneficio de otros más listos, fuera de las fronteras españolas. ¡Si no al tiempo!
Y lo indigno e indignante es, que estemos aguantando que estos dos gilipollas se vayan: uno de putas y la otra de chulos, por las playas de Tenerife, lejos lejos como hizo la Urdanga, para poder estar más a sus anchas; Madrid la debe de conocer lo suficiente como para poner pies en polvorosa e irse a las islas para formar trios o Dios sabe qué funciones eroticofestivas.
Acordaos... esta señora está siendo utilizada y a su vez utiliza al príncipe en sus correrias sexuales. Cuando muera el cabezilla de la panda, veremos como el principito se principita a las más bajas corrientes: sexuales y mandatarias. Será un monigote, que ya lo es, en las manos de aquellos que manejan los hijos de la madrastras o Alicia del cuento.
Señores, estamos perdidos. Hemos entrado en una espiral política de desequilibrio institucional para beneficio de otros más listos, fuera de las fronteras españolas. ¡Si no al tiempo!
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