

El cable que tienen en mente los japoneses estará construido de
nanomateriales, los únicos capaces de resistir lo suficiente. Este material debe ser unas 180 veces más resistente que el acero. Sobre el se instalará una nave espacial para subir y bajar, tipo ascensor. Los
nanotubos de carbono disponibles en la actualidad ya tienen un cuarto de la dureza necesaria. El primer reto a resolver será elevar su dureza hasta el grado que garantice la estabilidad del ascensor.
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