
se arrodilla ante el Cardenal Cañizares, y planta el belén en la plaza de la Reina, en Valencia. Cuyo trovador: del pasado, presente y futuro, se encuentra en un otero bien definido, bien visible, sobre las figuras, a tamaño natural, encarnan una pequeña parte -del pasaje bíblico- sobre el nacimiento del niño Jesús.
El gallo templario pregona las navidades presentes, sobre las pasadas..., que, como pregonero de debilidades humanas... recordó a Pedro su debilidad: "Yo no lo conozco".
En contra del pueblo que sí reconoce una festividad que une más que desune. Las familias reciben a aquellos que se fueron y retornan renovados de nuevas noticias y parabienes.
Este es el belén que anuncia el gallo plantado en la pared del edificio y sobre la figura del recién nacido. Que nos da motivos de renovaciones internas del niño que, cada año, renace, en nuestro interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario