Los agentes, sin embargo, se
encontraron con una estructura organizativa muy similar a la puta
empresa, con diferentes despachos destinados al “ingeniero de fraudes y
maniobras”, “cabronazo jefe de balances”, “marketing homicida”,
“contabilidad de fantasía”, y “economía tropical”, entre otras
dependencias con un alto grado de humedad y un fuerte olor a sacristía,
barra libre y Banco de Santander.
La Junta Electoral duda ahora
de que una puta empresa pueda registrarse como formación política para
participar en las próximas elecciones generales. “La teníamos inscrita
como banda criminal pero ahora no sé yo…”, han declarado desde el órgano
superior de la Administración Electoral del Estado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario