Según informa Der Spiegel, el Instituto del Medio Ambiente de
Múnich realizó pruebas a las 14 cervezas más vendidas en Alemania y
descubrió que todos los ejemplares contenían rastros del pesticida
glifosato.
El glifosato es un herbicida que se usa para la eliminación de
hierbas malas y se cree que es cancerígeno. Así, las cervezas estudiadas
contenían entre 0,46 y 29,74 microgramos de pesticida por litro,
mientras que el límite legal de estos datos para el agua potable se fija
en 0,1 microgramos por litro.
Sin embargo, los expertos afirman que esta cantidad de pesticida no representa un peligro para la población, puesto que “habría que beber mil litros de cerveza en un día para que los rastros de glifosato afecten la salud”.
¿Cuántas veces hemos escuchado el mismo argumento cuando hay mucho dinero en juego?

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