Ayer me preguntaban qué estaría haciendo nuestro Monarca en aquellos andurriales, aburrido, perdido y sin nada que hacer entre tanta cama, esbozo, y a saber qué cuentos de las mil y una noche le podrían estar contando las putas del lugar, que haberlas hailas como brujas en Galicia. Y es que nuestro... se está haciendo mayor, y no quiere dejar este mundo sin probar, catar, saborear, esos mozos y mozas de los cuatro puntos cardinales del planeta. Y es que él sabe muy bien, porque se lo ha dicho la curia, que los actos puros e impuros van al mismo talego. Que no se preocupe por si va o no al Cielo o al Infierno, que para el caso es igual: una vez muerto la cebada al rabo. Y con este lema y esta carga sin carga mental, se ha decidido toda su vida, y así nos va a los españoles desde que lo tenemos en nuestras pieles como garrapata. Pues pagándole todos los gastos de Corinna, los de los Emiratos Árabes, y todos aquellos que han habido y no nos hemos enterado, menos el guardaespaldas muy particular, que ha estado a su lado día y noche; y no quiere decir que el guardaespaldas no haya catado los mismos sabores del VIP, aunque menos sabrosos. Porque para ser un verdadero guardaespaldas qué mejor que tenerlo metido y sabido de todos los tejemanejes del Señor al que cuidar y proteger. Y este es nuestro Rey, un puto vividor que trapichea con todo el mundo las comisiones a cobrar en dinero o en carne. Y esto no lo digo yo solo, lo dijo la Corinna, y de eso sabe mucho.
Pues nada, amigos, ir preparando los bolsillos y descontando una pequeña parte de la paga, para abonar los pequeños gastos millonarios que ocasione nuestro buen y amado Juan Carlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario