Señores de la Gran Chingada, ustedes sí que han vivido por encima de las posibilidades de las personas a las que han estado robando sistemáticamente con voluntad y alevosía. Ustedes sí que han hecho que muchas familias hayan padecido de todo por culpa de su raterismo más cruento y cruel. Ustedes siguen siendo los mismos que han vendido a España a los países extranjeros a costa de primas, inversiones, y secretos de Estado. Ustedes, los viejos, y ahora, los nuevos, son unos traidores a la patria española. Ustedes no se merecen que los votos de los españoles les hayan encumbrado a las alturas de la política de un país que se merece lo mejor. Los españoles somos trabajadores dentro y fuera de las fronteras, de ello se deriva que os hayáis enriquecido todos estos cuarenta años. Ya sabemos que el ratero mayor fue su señoría el rey de España: el comisionista; o el "llaves", como le nombraba la Corinna: la sirvienta fiel de los señores de pasta.
Hora es, de que los españoles empecemos con empeño a romper sus negociaciones y volvamos a votar con el culo en pompa hacia las urnas, para demostrarles que no necesitamos de políticos para llevar la política española a la altura que se merece.
Estos memos de mierda se creen que no estamos al tanto de la calle de lo que sucede y de su currículum vitae. Ninguno tiene la valía suficiente para gobernar para los españoles. Sí, que su catadura moral está a la altura de Venezuela y tal vez de los judíos que pagan a algunos para mofarse de nosotros. Todos estos mamarrachos deben abandonar lo que se quieren apropiar e irse lo más lejos posible de nuestra España: Grande, Libre, Una. Abandonad el barco y nadad donde la ventisca os lleve lo más lejos posible de lo que despreciáis. ¡Adiós mamones!